En peligro la producción de vino en San Ignacio, tradición de casi 300 años.
Por Rafael Murúa
La producción de vino tinto en San Ignacio, municipio de Mulegé, ha sido severamente afectada por el envejecimiento y la virtual desaparición de los viñedos, al grado que de más de 20 hectáreas de uvas que se llegaron a explotar hasta hace 20 años, sólo quedan algunas plantas y con fruta de muy baja calidad; actualmente, la familia de Cipriano Romero Villavicencio es una de las 3 que se dedica a esta actividad.
El Sudcaliorniano publica que la actividad vitivinícola, de gran tradición en la comunidad, tiene como antecedente la llegada de los jesuitas en 1730, quienes aprovecharon el oasis, su clima y su abundancia de agua para plantar parras y producir el vino; así, la técnica fue heredándose de generación en generación hasta hace unas 2 décadas, cuando los viñedos prácticamente desaparecieron.
A la fecha, la familia de Romero Villavicencio sigue produciendo vino aunque en muy pequeña escala y en ocasiones utilizando uvas traídas de Baja California, de cepas europeas, ya que de la cepa local denominada “Misión” sólo quedan algunas parras; además, otro problemas que enfrentan para su producción es el mal estado de las acequias que llevan el agua a las parcelas, los incendios, las afectaciones por los ciclones durante los últimos 10 años y el azolvamiento de la presa, la principal fuente de agua del oasis, explica el mismo medio.
Con información de BCS Noticias