PLAN DN-III-E, 50 AÑOS APOYANDO A LA POBLACIÓN ANTE DESASTRES NATURALES

ANTECEDENTES

En octubre de 1966, tras el desbordamiento del río Pánuco en Veracruz, la Secretaría de la Defensa Nacional puso en marcha por primera vez el Plan de Auxilio a la Población Civil en Casos de Desastre (Plan DN-III-E).

La atención a este desastre, causado por el paso del huracán Inés, y de la mano del Ejército Mexicano, Veracruz comenzó a forjar una cultura de protección civil en México, misma que en la actualidad es reconocida a nivel nacional e internacional.

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A raíz de su inclusión en la Planeación de Defensa Nacional como anexo “E”, el Alto Mando (Secretario de la Defensa Nacional), decidió continuar designándolo como Plan DN-III-E, debido a la identificación que bajo esta denominación tienen autoridades civiles, medios de comunicación y población en general.

El Plan DN-III-E es el instrumento operativo militar en el cual se establecen los lineamientos generales a los organismos del Ejército y Fuerza Aérea mexicanos, para el auxilio a la población civil que haya resultado afectada por algún tipo de desastre.

Entre las acciones más destacadas del Plan DN-III-E, se encuentra la disposición de recursos humanos y materiales de la Sedena, con el objetivo de atenuar los efectos de desastre, así como la realización de evaluaciones de afectación, delimitación de áreas dañadas, evacuación de la población y establecimiento de albergues.

Actualmente, el Plan contempla y establece puentes aéreos, terrestres y pluviales para el transporte de civiles, tropas y abastecimientos; traslada a la zona de desastre unidades de sanidad, intendencia y transmisiones; activa tropas para patrullaje, seguridad y rescate, además de ingenieros con maquinaria pesada y herramienta.

Su ejecución, permite un acercamiento inmediato y oportuno con la población y su vinculación con los planes de auxilio civiles, lo que facilita operar equipos diversos de manera integral; este plan es permanentemente y actualizado conforme a las experiencias obtenidas.

FASES

Su fase preventiva permite una preparación para reaccionar en forma oportuna y tomar acciones dirigidas a controlar el riesgo, evitar o mitigar el impacto destructivo de los desastres sobre la vida y bienes de la población, así como la planta productiva, los servicios públicos y el medio ambiente. En esta fase se identifican las zonas vulnerables, se comprueba el estado físico de refugios temporales, así como las vías de comunicación consideradas como rutas de evacuación, manteniendo enlace con el centro estatal o municipal de protección civil, además de realizar juntas de coordinación con autoridades de los tres niveles de Gobiern0

La fase de “auxilio”, es en si la emergencia, donde la actividad primordial es salvar vidas y que estará en función del resultado de la aplicación de las actividades preventivas, como alertar a la población civil, sobre los riesgos existentes, movilización inmediata de tropas vía aérea y terrestre para áreas afectadas, evacuación terrestre y aérea de la población de las áreas afectadas hacia refugios temporales y/o lugares seguros.

En la fase de recuperación el propósito fundamental es realizar todas las acciones encaminadas a que la población afectada retorne a sus actividades cotidianas y ceder en forma paulatina a las autoridades civiles la responsabilidad de las zonas afectadas.

Conforme se supera la emergencia, el personal militar desplegado en las áreas afectadas, procede gradualmente a reincorporarse a sus lugares de origen y hace entrega de las responsabilidades a las autoridades civiles.

AYUDA HUNANITARIA

El auxilio a la población civil también se ha aplicado fuera del Territorio Nacional, en labores de ayuda humanitaria, que para México, tiene un contexto internacional de carácter bilateral, apoyando al país afectado bajo un esquema de coordinación y cooperación con sus autoridades. se realiza empleando los mismos procedimientos para la aplicación del Plan DN-III-E en el territorio nacional.

EXPERIENCIA DE UN CAPITÁN DEL EJÉRCITO MEXICANO

“…En el 2013, como consecuencia del paso del huracán Manuel en Sinaloa, cayeron lluvias torrenciales que inundaron varias colonias en el poblado de Navolato. Fue en la playa de Atata, donde subió mucho la marea, viéndose afectada la mayoría de la población. En el lugar tuvimos que evacuar a más de 200 personas y refugiarlos en las escuelas destinadas como albergues temporales, para que tuvieran un refugio mientras pasaba el desastre. Ahí, las personas afectadas estuvieron alrededor de 15 días, donde se les proporcionó cobijo y alimento.

En ese dispositivo me desempeñé como rescatista con personal a mi mando, realizando actividades de evacuación, Para esas fechas no teníamos prevista una inundación de esa magnitud. En un instante se salió el mar. Para realizar la evacuación tuvimos que caminar entre las calles inundadas que alcanzaban más de un metro de altura, y así poder evacuar a las personas; algunos en lanchas, otros con salvavidas…”

SATISFACCIÓN DE UN MILITAR

“…Mas que un compromiso al formar parte del Ejército Mexicano, y siendo una de nuestras principales misiones, la de apoyar a la población civil en caso de desastres naturales, es para mí una gran satisfacción ver esas caras felices de los niños y de sus madres al verse fuera de peligro y sentirse seguros con nuestra presencia en esos momentos de desesperación.

Me siento orgulloso porque sé que logré salvar vidas, porque las cosas materiales van y vienen, pero la vida de una persona no regresa…”.

ANTECEDENTES

En octubre de 1966, tras el desbordamiento del río Pánuco en Veracruz, la Secretaría de la Defensa Nacional puso en marcha por primera vez el Plan de Auxilio a la Población Civil en Casos de Desastre (Plan DN-III-E).

La atención a este desastre, causado por el paso del huracán Inés, y de la mano del Ejército Mexicano, Veracruz comenzó a forjar una cultura de protección civil en México, misma que en la actualidad es reconocida a nivel nacional e internacional.

A raíz de su inclusión en la Planeación de Defensa Nacional como anexo “E”, el Alto Mando (Secretario de la Defensa Nacional), decidió continuar designándolo como Plan DN-III-E, debido a la identificación que bajo esta denominación tienen autoridades civiles, medios de comunicación y población en general.

El Plan DN-III-E es el instrumento operativo militar en el cual se establecen los lineamientos generales a los organismos del Ejército y Fuerza Aérea mexicanos, para el auxilio a la población civil que haya resultado afectada por algún tipo de desastre.

Entre las acciones más destacadas del Plan DN-III-E, se encuentra la disposición de recursos humanos y materiales de la Sedena, con el objetivo de atenuar los efectos de desastre, así como la realización de evaluaciones de afectación, delimitación de áreas dañadas, evacuación de la población y establecimiento de albergues.

Actualmente, el Plan contempla y establece puentes aéreos, terrestres y pluviales para el transporte de civiles, tropas y abastecimientos; traslada a la zona de desastre unidades de sanidad, intendencia y transmisiones; activa tropas para patrullaje, seguridad y rescate, además de ingenieros con maquinaria pesada y herramienta.

Su ejecución, permite un acercamiento inmediato y oportuno con la población y su vinculación con los planes de auxilio civiles, lo que facilita operar equipos diversos de manera integral; este plan es permanentemente y actualizado conforme a las experiencias obtenidas.

FASES

Su fase preventiva permite una preparación para reaccionar en forma oportuna y tomar acciones dirigidas a controlar el riesgo, evitar o mitigar el impacto destructivo de los desastres sobre la vida y bienes de la población, así como la planta productiva, los servicios públicos y el medio ambiente. En esta fase se identifican las zonas vulnerables, se comprueba el estado físico de refugios temporales, así como las vías de comunicación consideradas como rutas de evacuación, manteniendo enlace con el centro estatal o municipal de protección civil, además de realizar juntas de coordinación con autoridades de los tres niveles de Gobierno.

La fase de “auxilio”, es en si la emergencia, donde la actividad primordial es salvar vidas y que estará en función del resultado de la aplicación de las actividades preventivas, como alertar a la población civil, sobre los riesgos existentes, movilización inmediata de tropas vía aérea y terrestre para áreas afectadas, evacuación terrestre y aérea de la población de las áreas afectadas hacia refugios temporales y/o lugares seguros.

En la fase de recuperación el propósito fundamental es realizar todas las acciones encaminadas a que la población afectada retorne a sus actividades cotidianas y ceder en forma paulatina a las autoridades civiles la responsabilidad de las zonas afectadas.

Conforme se supera la emergencia, el personal militar desplegado en las áreas afectadas, procede gradualmente a reincorporarse a sus lugares de origen y hace entrega de las responsabilidades a las autoridades civiles.

AYUDA HUNANITARIA

El auxilio a la población civil también se ha aplicado fuera del Territorio Nacional, en labores de ayuda humanitaria, que para México, tiene un contexto internacional de carácter bilateral, apoyando al país afectado bajo un esquema de coordinación y cooperación con sus autoridades. se realiza empleando los mismos procedimientos para la aplicación del Plan DN-III-E en el territorio nacional.

EXPERIENCIA DE UN CAPITÁN DEL EJÉRCITO MEXICANO

“…En el 2013, como consecuencia del paso del huracán Manuel en Sinaloa, cayeron lluvias torrenciales que inundaron varias colonias en el poblado de Navolato. Fue en la playa de Atata, donde subió mucho la marea, viéndose afectada la mayoría de la población. En el lugar tuvimos que evacuar a más de 200 personas y refugiarlos en las escuelas destinadas como albergues temporales, para que tuvieran un refugio mientras pasaba el desastre. Ahí, las personas afectadas estuvieron alrededor de 15 días, donde se les proporcionó cobijo y alimento.

En ese dispositivo me desempeñé como rescatista con personal a mi mando, realizando actividades de evacuación, Para esas fechas no teníamos prevista una inundación de esa magnitud. En un instante se salió el mar. Para realizar la evacuación tuvimos que caminar entre las calles inundadas que alcanzaban más de un metro de altura, y así poder evacuar a las personas; algunos en lanchas, otros con salvavidas…”

SATISFACCIÓN DE UN MILITAR

“…Mas que un compromiso al formar parte del Ejército Mexicano, y siendo una de nuestras principales misiones, la de apoyar a la población civil en caso de desastres naturales, es para mí una gran satisfacción ver esas caras felices de los niños y de sus madres al verse fuera de peligro y sentirse seguros con nuestra presencia en esos momentos de desesperación.

Me siento orgulloso porque sé que logré salvar vidas, porque las cosas materiales van y vienen, pero la vida de una persona no regresa…”.

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